Foto de portada tomada de Raúl Fernando Pérez Lira para Raichali noticias
Viajamos a Creel, Chihuahua para presenciar el primer encuentro de mujeres costureras rarámuri; Umukí Ralámuli Súami Napawíala, organizado por las colectivas SEMATI TÉWE (niña bonita) y MUKÍ SUMI (mujer costurera), que a través de AWÉ TIBÚAME (Águila cuidadora) y con el financiamiento de Fondo de Embajada de Nueva Zelanda en México y la colaboración de ARTESANÍAS MISIÓN, se llevó a cabo del 10 al 12 de junio de 2022 en el CENTRO DE ESTUDIOS ICHIMÉAME.
Tras pláticas entre ambas colectivas sobre la revalorización de la herencia cultural artesanal de las mujeres rarámuri, surge la necesidad de intercambiar saberes entre costureras y artesanas de diversas comunidades de Chihuahua, como con agentes externos a estas, en un espacio donde por medio de talleres y conversatorios las mujeres puedan reconocer el valor de su cultura. De esta forma, se busca enaltecer sus tradiciones y dar pie a herramientas para la creatividad, la protección y comercialización de sus productos.
Más de 51 costureras y artesanas de 12 comunidades como Repechike, Bahuinochi, San Ignacio, Cusarare, Mogotavo, Norogachi, El Oasis, entre otras, asistieron al encuentro de 3 días. El primer día se llevó a cabo una reunión para dar la bienvenida, la primera palabra fue por Miguel Parra, director de AWÉ TIBÚAME, quien explicó en rarámuri y en español de dónde y cómo surgió el estar en este encuentro, se generó un espacio para que cada asistente se presentara y entre risas dieron permiso para que los encargados de la documentación audiovisual del evento pudieran tomar fotos y videos.
El diario vestir a través del tiempo
El primer conversatorio tuvo lugar el día de la inauguración, impartido por la antropóloga lingüista Flor Morales, conocida entre sus compañeras como Sewá. En este se compartió sobre la historia de las prendas rarámuri, desde el uso de los recursos naturales de la región como el maguey, la importación de la tela roja y las ovejas (de quienes usaban la lana para crear prendas) por los españoles, hasta la popelina con flores traída por los mestizos a sus pueblos. Así mismo, se hizo una introducción sobre el patrimonio cultural y el significado de pertenecer a comunidades donde tradiciones y costumbres han pasado de generación en generación, con la finalidad de valorar sus productos y llevarlos al mercado tomando en cuenta su origen y tiempo de creación.
Colectividad y creatividad.
Durante el segundo día de encuentro las mujeres se dividieron en 3 grupos para poder rotar en 3 talleres diferentes. Pertenencia, colectividad y valor del trabajo impartido por Maddalen Gil -de origen vasco- dio pie a conectar con las raíces de cada participante e identificar cuáles son los elementos de su diario vivir que hacen de la cultura rarámuri tan única. Reconocieron el valor de su trabajo al cuestionarse no solo el tiempo que les lleva hacer una prenda, sino al incorporar los elementos de su cultura que tras años han trascendido y permanecido en sus diseños, y analizaron cómo costearlo y darlo a conocer al público de forma que se de un acercamiento a los procesos e historias que hay detrás.
Acabados y calidad en las prendas tradicionales fue el taller impartido por Virginia Nevarez de Gonogochi, Chihuahua, quien forma parte de la colectiva SEMATI TÉWE y tiene su propia línea de ropa llamada DISEÑOS AREWÁ, en este taller las mujeres se dividieron en dos grupos para recrear una de las prendas tradicionales en papel crepé, entre risas, las artesanas le probaron la prenda a una de sus compañeras de equipo y observaron los detalles de éstas, con el objetivo de compartir conocimientos de costura de las diferentes regiones, costuras y diseños. El ejercicio hizo énfasis en la importancia de cuidar tanto el corte como el acabado de la prenda que favorece su comercialización a personas externas a su comunidad.
Ana Abellán Borja dio el taller de Procesos Creativos, en el que se socializó entre las asistentes del taller sobre qué es lo que elabora cada participante, cómo, dónde, con y para quién comercializan sus productos, lo que abrió contexto a dialogar sobre la exploración que ha habido en algunos productos que son utilitarios en la cotidianeidad de la vida rarámuri y cómo se han transformado en artesanía diversificando su forma, colores, materiales. Se analizó las ventajas de la reproducción en serie de un producto que ya es exitoso y cómo se devalúa cuando hay una saturación en el mercado, lo cual lleva a generar nuevas propuestas. Se llevó a cabo un ejercicio para crear una pieza nueva a partir de este análisis y a través de dibujos representaran desde su visión la cosmogonía rarámuri, con libertad total en sus gustos, materiales y herramientas, cada mujer realizó una propuesta para generar un nuevo producto.
Patrimonio Cultural
Como parte de los conversatorios tuve la oportunidad y dicha de compartir uno sobre “Apropiación Cultural”, como ya comenté en redes sociales para mi fue un shock compartir este tema con más de 50 mujeres originarias, pues gracias a su apertura para conversar sobre el tema pude notar que aún quedan muchas dudas y preocupaciones sobre el tema y que hay muchas propuestas por parte de ellas que pudieran irse sumando a la mejora de prácticas del consumidor de artesanías. Creo que todos los esfuerzos que se han hecho por implementar leyes para proteger el patrimonio cultural de pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas, así como todas las iniciativas que hay en torno al tema, son un gran trabajo que va abriendo paso a un camino de mejores practicas y respeto hacia las personas originarias, su cultura y su trabajo. Y a la vez, pienso que hay mucho que escuchar de y compartir desde las comunidades.
“Admiro a todas mis compañeras que vinieron de lejos porque se ve que sí hay interés y ganas de aprender”, dijo Sofía Fierro, originaria de Sojáwachi, “y que vayan y enseñen a sus casas y comunidades todo esto que aprendimos, porque es muy importante que se entere la gente de su cultura, que no lo pierdan y que sigan trabajando con eso y hablarlo y expresarlo”. Texto tomado de Raichali noticias por Raúl Fernando Pérez Lira.
El encuentro concluyó con una reunión donde las mujeres compartieron las experiencias y aprendizajes que vivieron durante los tres días. Hubo mucha reflexión, sonrisas, agradecimiento, y entre bromas las mujeres de manera espontánea se organizaron para cerrar bailando música tradicional rarámuri. Sin duda alguna, este encuentro es de admirarse pues el intercambio de conocimientos es fundamental para crecer en conjunto y apoyarse lxs unxs a lxs otrxs.