Promotor de la cultura, luchador social, filántropo y defensor de la naturaleza, así fue Francisco Benjamín López Toledo mejor conocido como Francisco Toledo, uno de los mejores artistas que México ha tenido.
Toledo nació en la Ciudad de México pero creció entre Juchitán y Minatitlán. A la edad de 13 años su familia lo manda a la Ciudad de Oaxaca a estudiar, donde por primera vez estuvo solo y descubrió distintas fuentes de inspiración que junto a las vivencias de su infancia lo llevaron a pintar, así, a los 14 años inicia su carrera artística en la ESCUELA DE BELLAS DE ARTES en Oaxaca.
A los 16-17 años se muda a Ciudad de México para seguir con sus estudios de secundaria y conoce a un pintor, quien interesado en conocer su obra y asombrado por ésta, la lleva a una de las galerías más importantes de la época en la Ciudad; ANTONIO SOUZA donde en el año 1959 tuvo su primera exposición.
Rufino Tamayo conoció los cuadros de Toledo en la exhibición y más tarde, en Francia, lo acogió como su aprendiz.
Además de ser un gran artista y tener un toque de irreverencia, provocación y transgresión que le dieron gran reconocimiento, Toledo siempre preocupado por el libre acceso al arte y su promoción fundó e impulsó diversos espacios culturales como el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IACO), Museo de Arte Contemporáneo Oaxaca (MACO), Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, Centro de las Artes San Agustín (CaSa) y el Jardín Etnobotánico de Oaxaca por mencionar algunos.
La secretaria de Cultura en la Ciudad de México, Alejandra Frausto Guerrero ha anunciado que se homenajeará al Maestro Francisco Toledo, “una retrospectiva que abarque toda su obra”, afirmó y adelantó se realizará en el PALACIO DE BELLAS ARTES.